Imagen de Gerd Altmann en Pixabay
Por:
Amparo Velásquez y Henry Peralta
Centro de Pensamiento, Innovación e Investigación en Resiliencia
Soluciones Resilientes, Colombia, octubre 2020
Octubre
14 del 2020
Tenemos acostumbrado a nuestros lectores a modo de sello personal en nuestros libros el uso de analogías, alegorías, refranes y fábulas y en este caso no vamos a faltar a esta tradición, por lo cual hemos denominado esta reflexión Resiliencia en “realidad aumentada” para indicar los alcances del modelo Avance, Declive y Evolución de la Resiliencia- ADER
Como es de amplio conocimiento, la realidad aumentada es una tecnología que está revolucionando aspectos
de la vida diaria, profesional, de ocio e inclusive intima, así como la forma
en la que entendemos e interactuamos con el mundo. En definitiva, es una tecnología disruptiva y es
justamente esto lo que queremos ser con este modelo nada más y nada menos que interrumpir
modelos de pensamiento anquilosados. Con este modelo pretendemos inducir una
reflexión hacia algo que parece imposible, para lo cual tenemos anuencia
pedagógica, y es tratar de “fragmentar”, con miras a construir resiliencia para la vida,
las decisiones humanas en Gestión del Riesgo de Desastres - GRD. Esas
decisiones las hemos englobado en tres conceptos que las hemos denominado: Avance,
declive y evolución de la resiliencia -ADER -.
Acordemos con el lector, dos puntos, uno es que la realidad
aumentada (RA) es una tecnología que trata de complementar el
mundo real superponiendo o añadiendo capas de información, mediante elementos
creados de manera digital sobre el entorno que rodea al usuario. En segunda instancia,
que un modelo es un constructo mental, es decir es una abstracción de cosas del
mundo real hecho de conceptos a modo de información, que se utilizan para
ayudar a las personas a conocer, comprender o simular un tema que representa el
modelo construido.
Ambos, tanto la RA como el modelo es una serie de información
que le dan al usuario la oportunidad de establecer nuevas maneras de ver,
conocer y relacionarse con la realidad. Así las cosas, se podría decir que a través del modelo ADER al igual que con las gafas de realidad aumentada, se
puede mostrar otras evidencias o profundidad en la realidad al superponer
información para permitir reinterpretar la cotidianidad y en el caso de las acciones
realizadas para la gestión del riesgo probar que tanto o no se está creando y recreando resiliencia.
Así las cosas, la creación y recreación de resiliencia puede desarrollarse en acciones
casi desapercibidas porque se hacen en la propia realidad cotidiana o en
crisis, sin embargo, el modelo ADER puede hacerlas observables lo cual permitirá
resultados revisables, (más adelante medibles) sobre los cuales se puede
reflexionar para aprender
del proceso.
Así mismo, el modelo ADER permite identificar y
reconocer esos momentos del comportamiento en pro de la construcción (creación y recreación) de
resiliencia en diferentes
ámbitos de la actuación humana (personal, familiar, empresarial, institucional)
y con ello “fraccionarlos”, a manera de dispositivo pedagógico, para
reflexionar sobre la propia realidad cotidiana y facilitar así la observación
sobre: QUÉ se está acumulando en acciones para construcción sostenible
o no para el futuro, de manera
cierta en términos prospectivos.
Dicho de otra manera, mediante este modelo y en este contexto se puede identificar
y comprender las acciones que construyen o no resiliencia, también, abre otras posibilidades al dinamizar y
encarnar el concepto de resiliencia, llevándolo al siguiente nivel para
facilitar su incorporación a la nueva cotidianidad donde la incertidumbre es la constante. La versatilidad
de este modelo permite implementarlo en diferentes ámbitos de la vida humana
con la finalidad de alcanzar resiliencia para la vida.
Nuestra insistencia, como investigadores, ha sido permanente
por la urgencia de divulgar la importancia de la construcción de resiliencia
desde diferentes perspectivas. Nos hemos impuesto un camino de búsqueda para
desarrollar el uso, práctica y noción de la resiliencia, por lo cual se ha analizado desde diferentes perspectivas,
tales como, la resiliencia como paradigma, la resiliencia para la vida, la
perspectiva sistémica de la resiliencia, la resiliencia como propiedad
emergente, entre otros. Desde estas reflexiones surge el modelo ADER
En esta labor especifica de resiliencia para la vida (como práctica permanente y cotidiana) nos
llevó a colocar la resiliencia en una temporalidad de futuro, sin embargo, construido
en el aquí y ahora. Al ser ubicado en ese momento temporal lo que sale a
nuestro auxilio, para la comprensión de la resiliencia, es la gestión prospectiva
del riesgo enclavada en un marco superior entendido como la gestión del riesgo
de desastre.
Este reto de
dimensionar el Modelo ADER ameritó afrontar desafíos que requirieron de creatividad
e innovación en la configuración de herramientas de planificación, métodos, y
modelos aplicables en diferentes escenarios o contextos que facilitarán
comprender la realidad de la cotidianidad y las acciones conscientes e
inconscientes que desarrollamos en ella.
Desde la heurística,
comprendida como el arte y la ciencia del descubrimiento y la invención para
resolver problemas mediante la creatividad, y la larga tradición profesional en
esta labor fueron los detonantes para la idea que dio el impulsó a la construir
del modelo. Este modelo ADER que muestra una “realidad aumentada” se aproxima
mucho al interés de “decodificar” la realidad para encontrar los signos
sociales y culturales codificados en el mensaje del actuar cotidiano percibido
en el comportamiento de las personas en diferentes ámbitos. Esta aproximación
progresiva permite una comprensión más profunda en los territorios, empresas para
explorar en la propia cotidianidad la construcción o no de la resiliencia. Esta
“decodificación” de los comportamientos en la gestión del riesgo en diferentes
escenarios posibilita identificar unas constantes que se muestren, en lo que
podríamos llamar en sensu lato, “códigos
sociales y culturales” de la resiliencia.
Estos códigos, muestran las tendencias para observar la
cimentación o NO de resiliencia, evidenciados en los comportamientos denominados
en esta propuesta como: avance, declive y evolución de
la resiliencia. Lo cual se
constituye en pasos ciertos para conocer el comportamiento humano dentro de la
gestión del riesgo con miras a construcción de resiliencia y serán la base para
seguir avanzando en herramientas y métrica.
Al interior de los comportamientos
identificados en el modelo ADER se evidencian otros que podrían llamar “subcomportamientos”
frente a la resiliencia los cuales pueden ser identificados dentro de dos
escenarios: UNO es en la cotidianidad (lo de todos los dias) donde aparece los
comportamientos de resistir, adaptarse y prepararse en un ejercicio consciente
y habitual; DOS en la crisis o el desastre, surge el comportamiento de absorber
y responder, adaptarse positivamente (sin conformarse o resignarse),
recuperarse rápidamente y transformarse hasta volver a la cotidianidad (diferente
a la mal llamada “nueva normalidad”).
La ventaja del modelo es que dado a que es una construcción
conceptual nos permite representar gráficamente el comportamiento de la
resiliencia en su creación en
la vida cotidiana y en recreación en
los estados de excepción en un desastre o crisis. Este es un nuevo acercamiento
a la comprensión de la resiliencia
Desentrañar el ejercicio
cotidiano de la resiliencia para la vida, implica pedagogía y para ello utilizamos
las propiedades mecánicas en la resistencia de los materiales como analogía
para la comprensión. Analizamos de la resiliencia, cómo se crea (deformación
elástica) y cómo se recrea (deformación plástica), con lo cual se da vida al modelo
(creación propia) avance, declive y evolución de la resiliencia -ADER-.
Como tal, el modelo ADER,
es una construcción conceptual que muestra cómo la resiliencia para la vida se
basa en una edificación consciente, se crea cuando existen determinadas
condiciones para las personas, la sociedad y las empresas frente al riesgo
cotidiano o crónico y se re-crea cuando las personas e instituciones
son superadas sus capacidades para hacer frente a la ocurrencia de un fenómeno
natural, social, tecnológico o biológico que pone en evidencia las situaciones
de vulnerabilidad y exposición de las poblaciones y sus territorios,
construidas y acumuladas a lo largo del tiempo.
Nuestro propósito, a
través del modelo y las demás reflexiones, es impulsar y documentar la
resiliencia, llenarla de contenido para que transforme de manera decidida en
una nueva línea de trabajo, de investigación y enseñanza que permita avanzar en
la comprensión del riesgo de desastres desde uno de los factores menos
explorados y más olvidados de la ecuación: la resiliencia
Este modelo da un nuevo
impulso a la métrica prospectiva de la resiliencia, por lo tanto permitirá
evidenciar en la cotidianidad las acciones basada en modelos mentales
anquilosados o impulsados por miedo o por costumbre para mantenernos en una
visión opaca o mezquina de la forma de mirar e interpretar las situaciones
deben ser revisadas, más aún es estos momentos de grandes retos donde la
creatividad y la innovación son la clave para perfilar mejores y sostenibles
futuros a través de la “ventana al futuro” que es la resiliencia para la vida.
Esta nos reta a enfrentar nuestros propios miedos, para atrevernos a salir de
la zona de confort de manera creativa.
La propuesta es no
tener miedo al futuro e impulsar la capacidad humana de la heurística como la
vía creativa e innovación para la resolución de problemas para humanizar la
racionalización de los procesos, Y más en estos tiempos que corren, que como
dijo alguien: cuando pensamos que teníamos todas las respuestas nos
cambiaron las preguntas.
Te
invitamos a descargar y leer nuestro nuevo libro, Resiliencia para la Vida: Modelo
de Avance, Declive y Evolución de la Resiliencia
https://arise.mx/quiqueg/uploads/2020/03/Modelo_ADER_FINAL_OCT_1_2020_FINAL.pdf